ALGO
Al abrir la puerta, la hoja de papel seguía ahí. Era muy interesante. Tenía una forma muy atípica.
No era redonda o cuadrada, pero parecía undosa. Por un lado, tenía el color
violeta, y por otra parte, no había nada. Era transparente. Eso no era lo más
extraño. En esta hoja las letras desaparecieran muy rápido. Nadie podía leer lo
que estaba escrito en el papel.
Hasta...
El otro día por la calle iba un
chico. Vio la hoja. La cogió. Y de repente aparecieron todas las letras. Era
una carta con un ruego de socorro. El chico, que se llamaba Juan, decidió
ayudar al remitente. Fue al bosque, donde había muchos peligros. En general aquel
lugar era muy terrible. Los árboles no tenían hojas. No había flores ni
arbustros, tampoco había animales, pero lo que sí había eran los monstruos.
Sin embargo, Juan, como era un
muchacho muy valiente y generoso, siguió el camino para luchar con aquellos
montruos. Y aunque no tenía ningún arma para combatirlos, consiguió ganar con
ellos, gracias a su ingenio y el pensamiento lógico, pues era muy inteligente,
y finalmente liberó a la chica que estaba atada a un árbol.Fue ella la que
había escrito la carta.
¡Qué
bien! Finalmente, María estaba libre y entonces le contó toda la historia con
la hoja de papel. La había escrito cantando y sólo UN CHICO podía leerla. Más
tarde Juan y María se casaron.
Es imposible. Dos personas. Dos vidas. Dos personalidades. Y una hoja de
papel, que fue suficiente para unirlos. ¡Ojála hubiera más de esas
historias!
Magdalena Madej 1ºF
¿Por
qué yo?
- redacción
de misterio
Al abrir la puerta, él seguía allí. Me parecía que esa persona era un hombre.
Era muy extraño. Por lo menos su apariencia señalaba una personalidad distinta.
Tenía las gafas muy grandes y de color negro. También llevaba
bigote. En la cabeza llevaba un sombrero enorme con agujeros. De lejos se podía
ver sus ojos saltones. Ese hombre misterioso tenía una bufanda que guardaba en
la mano. También llevaba una camisa de lana y unos pantalones
de cuadros. Sus zapatos eran sucios y andrajosos. Estaban sucios, probablemente,
por el barro. En general, su aspecto físico me espantaba.
Después de un
momento, la naturaleza que lo rodeaba comenzó a cambiar. Se puede considerar
que se volvió terrible. Los árboles perdían sus hojas. Hacía viento. Los
arbustros, las flores desaparecieron; los animales también. El
cielo se hizo negro.
Y de repente, el hombre dijo:
- Yo
soy Tony. Quiero que me ayudes.
Yo estaba casi
muerta de miedo, sin embargo le pregunté:
- ¿En qué?
- Primero,
tienes que ponerte una ropa que sea
muy rara, por lo menos para ti. Segundo, debes acabar las relaciones con tu
familia y con tus amigos. Tienes que estar completamente sola.
Y con mucha sorpresa contesté:
- ¿Para qué?
- ¡No me preguntes más! Tienes que hacer lo que te dije. Si
no lo haces, estarás en apuras.
- ¿Y qué más?
- El resto del plan lo sabrás más tarde. Tienes que estar muy atenta. Ven
al lugar, donde las campanas doblan. Mañana.
Después de esta conversación
hice todo lo que me dijo ese hombre tan extraño. Fui al lugar planeado.
Allí, me enteré del plan misterioso. Tenía que matar a un
viejo amigo suyo porque él le mató al padre del hombre misterioso. Yo, muy
sorprendida, pregunté:
- ¿Por qué yo?
Contestó:
- Yo no puedo. Cuando lo mates, morirá para siempre.
Lleno de miedo fui al lugar de la
,,ejecución”. No quería nada hacerlo. Sin embargo, el temor ante el ,,hombre
negro” era mayor, me paralizaba. Pensé que haría una cosa más tonta en la vida.
¡Sería una asesina!
Afortunadamente, me salvó un
brujo. De repente en aquel lugar apareció el humo mágico. Sentí que la mano del
brujo abrigó mi cuerpo y se fue a su mundo, al mundo mágico...
No sé lo que pasó después,
porque me desperté y vi que fue sólo un sueño.
Magdalena Madej 1ºF
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